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    martes, noviembre 25

    V

    Fotografía: Ferran.


       Puras nostalgias. Éste frío que hace quebradiza la piel, ablanda el alma. Y nos es que guste de recorrer viejos senderos, pero nunca se olvida la ruta que hasta aquí nos trajo. Y estos plurales tan amistosos, tan inclusivos, solo me sirven para evadir mencionar tus nombres.

       Pareciera que estas veredas fueran las mismas de ayer, pero no, aunque sí, no. Ahora estoy del otro lado, siempre hay un lado nuevo, o cuando menos me lo invento. Porque el camino recto aburre, siempre ando haciendo rodeos innecesarios, quizá en un raro intento de encontrar algo nuevo. Lo nuevo acontece, no se encuentra, que si uno lo encontrara, ¿qué de nuevo tendría eso?

       Pero trato de no tomarlo muy a pecho, porque cuando tengo sueño confundo el es con el fue y el será. Ya ven, conjugar no es mi mejor arte. Apenas me mezclo con un poco de licor y todo se olvida.

    domingo, agosto 31

    Ya

    Agosto

    LuMaMieJueVieDo




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    jueves, julio 31

    Dah!

    Ilustración: julianacunha


       Hace un par de semanas llovió como hacia muchas más semanas no llovía, al menos hasta donde recuerdo. La importancia de esto se verá más adelante, pero quise mencionarlo de antemano. No es que desee arruinarles el final, pero no hay ninguna duda de que el intruso morirá, o ¿sí la hay? Lo interesante, lo saben ustedes -qué si lo sé yo-, es cómo morirá aquél. Llovió, y no lo noté, pero mi cuarto se inundó -esta última frase es todo lo que quería decir en este párrafo.

       Semanas después, por estos días, por ser precisos, hace cuatro días. Un par de días atrás, les decía, comencé a sospechar la existencia de alguna alimaña en los recovecos de mi cuarto, no solo nociva, sino psicópata. De pronto, no solo desaparecían las galletas que aun conservo del viaje a Oz -porque me gusta coleccionar recuerdos, no importa de qué índole sean estos, ya alguna vez guardé entre mis más gratas memorias un pedazo de uña de algún pie y no quiero dar más detalles. Recientemente mi temor a revelar detalles se ha incrementado irracionalmente. Pero que todo esto no los distraiga -ni un poco- del motivo principal del relato: La Bola Viviente de Pelos.

       Que quede claro, como ya se menciono antes, y como se volverá a mencionar aquí: no hay duda alguna: La BVP [Bola Viviente de Pelos] fue exterminada según se establece en el Apartado Dieciséis del Código Civil vigente. Las leyes actuales a todo lo largo del mundo avalan mis actos, no hay en la tierra -incluso en el universo entero- circunstancia alguna imaginable que provoque la más mínima culpa por el aniquilamiento inmisericorde de una alimaña tan ruin como la mencionada al principio de este párrafo y al final del anterior.

       ¿Les conté que en Oz había un mendigo que no pedía su limosna de viles monedas o billetes, de caridad pues -como ellos mismos dicen-, sino que -rebasando a todos sus colegas (porque en todo arte siempre hay quien en corromperlo encuentra la magnificencia)- se dedicaba a rondar las calles, a dormir en las banquetas y cloacas, a desgastar su vida entre polvo e inmundicias, a pepenar y extraer con sutileza los alimentos de la basura, solamente para llegar con las tan empalagosas como babosas parejitas que gustan de sentarse en los lindos parques -y olvidar que bajo sus pies hay un mundo lleno de ratas y cucarachas y mariposas y arroyuelos y comas y conjunciones- para preguntarles -con tono lastimero y mendicante- si acaso no tendrían una paleta que le pudieran obsequiar? Por supuesto todos corrían atemorizados por tan tremendo ruego, pero ya no quiero contarles más.

       El mutismo es una de mis mejores ropas, todo lo demás me queda como traje de carnaval.


    lunes, julio 28

    Pláticas con uno mismo



       Meditaba, -está bien, bobeaba pues.

       -Qué esto del bló no era para publicar lo que se me viniera en gana. Me pregunté.

       Ni yo me hice caso, literal: nadie me pela.

       -Ni que fueras banano- me contesté-. A uno no lo "pelan", se dice "no me prestan atención" (porque la atención es nomas prestada), o bien, se dice "no me rapan".

       -¡Uy! ¡Pero si andas de un gracioso in-so-por-ta-ble!

       -Ya ves- me sentía de un excesivo amable conmigo mismo.

       -Entonces, qué, ¿puedo publicar lo que se me hinche?

       -Si vas a seguir escribiendo así, ¡por supuesto que no!- me regañé.

       -¡A la ve#*a! ¡No me vas a decir que puedo y no puedo publicar! ¡Y no me censures hijo de tú madrecita linda! ¡Ni cambies mis palabras! ¡Tus trucos sucios no funcionarán!

       -¡No rezongues!

       Disculpen ustedes. Vuelvo en un rato cuando haya escrito algo bonito (corregido cuando menos tres veces).


    Hurtada desde: nita_turtle

    Un día de estos cobraré por robarme fotos. Hasta entonces...

    lunes, junio 30

    Nací para morir sin gloria

    Ilustración: Jaume d'Urgell

       Nomas no puedo. Trato, pero cada vez que estoy a punto de escribir algo así como va, acabó por abandonar el intento. Tengo miles -la exageración mediante- de borradores esperando el día en que me libere de esta maldición. Aguardo con ansias el momento en que deje de ficcionalizarlo todo, bueno, de eufemizarlo, y pueda escribir con menos enredijos. Porque a veces me preguntan que si esto, que si lo otro, que qué es verdad en mi bló, y nunca sé responder. Más bien, respondo con más invenciones mías, que no son del todo mías, son en realidad refritos de viejas series de televisión, de chismes del TVyNotitas, y de anécdotas del Libro -gloria de la literatura mexicana- Vaquero.

       ¿Apoco no me creen?

    martes, mayo 27

    La cruz de mi parroquia.

    Fotografía: aaflotante


       Hace un par de semanas pasé a visitar, más a fuerzas que de ganas, a mi padre (sí, ese mesmo que trepaba al cerro de su pueblo en menos de veinte minutos). Al llegar a mi casa nos encontramos con que mi tío y mi progenitor ya se había echado sus alcoholes encima (más mi tío que el otro, y no es que defienda a este último). Perdido seguramente en el torbellino de la embriaguez, mi tío no supo reconocerme. ¿Y este cabrón quién es? preguntó cariñosamente. ¡Qué no ves que es J***!, rugió mi papá. ¡Ay, no -mi tío se abalanzó sobre mí-, si no estás muerto, cabrón! ¡Ya decía yo que no estabas muerto, carnal! ¡En serio, discúlpame por todo lo que te hice! ¡Tú sabes que te quiero un chingo, pero un chingo, cabrón! Me abrazó con los ojos llenos de lágrimas y el aliento rebozante de alcohol, casi me embriago nomas de olerlo. De pronto interrumpió su hermano vociferando. ¡No seas pendejo, es mi hijo, cabrón! Mi tío se apartó de mí, me revisó con todo el detenimiento que su condición le permitía, y concluyó que sí, que era su sobrino, no su hermano, y que, de cualquier manera, me quería un chingo, porque pus somos familia.

       Llamarse igual que un pariente muerto: en ocasiones no tiene precio.

       Nomás por eso, ¡salucita!

    miércoles, abril 30

    (off-line)

      
      



       Los dioses se llevaron el alma de mi computadora, alegaron que estaba atrasado en los pagos de mi deuda y que pronto me enlistarían en el Buro de Crédito Mágico-Místico-Espiritual. Todo por pedir demasiado, pero vieran que valió la pena. ¡Uf!

       La imagen de acá arriba fue lograda gracias a Paint. ¿Se acuerdan cuando aprendieron a dibujar en Paint? Yo me acuerdo (y no digan que no les interesa leer mi historia, sé que mienten).

       Mi primera máquina que no tenía disco duro y solo podía usar QBasic para hacer dibujitos de este estilo:

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    PRINT "Odio Navidá"




       Después, mi hermana consiguió un disco duro (propiedad del PRI, que una de sus empleadas tuvo a bien llevarse junto con los lapices y la engrapadora cuando la despidieron) y lo instalamos en aquel cacharro. Fue entonces cuando conocí Windows 3.1 y Paint. Dibujaba letras, palabras rimbombantes como "asfixia" o "paupérrimo" o "isomorfo". Las palabras eran lo mío, cuando trataba de hacer algún gato o cualquier otra figura todo terminaba pareciendo una papa asada.

       Mucho tiempo después descubrí Internet, con miles de imagenes disponibles para editar (yo no sabía del copyright, ni nada de eso). Hice una página, y la rellené con imágenes que construí con Paint y otro programita que no recuerdo su nombre. Desde entonces no puedo separarme de estos aparatos (así como cuando uno no quiere despegarse de los labios de esa persona especial, y no importa cuantos besos le propines, siempre sientes que necesitas besarla más, acariciarla más, y mostrarle todo lo sucio que hay en ti).

       Ahora los aguzados comprenderán mi alegría y mi tristeza.