jueves, julio 31

    Dah!

    Ilustración: julianacunha


       Hace un par de semanas llovió como hacia muchas más semanas no llovía, al menos hasta donde recuerdo. La importancia de esto se verá más adelante, pero quise mencionarlo de antemano. No es que desee arruinarles el final, pero no hay ninguna duda de que el intruso morirá, o ¿sí la hay? Lo interesante, lo saben ustedes -qué si lo sé yo-, es cómo morirá aquél. Llovió, y no lo noté, pero mi cuarto se inundó -esta última frase es todo lo que quería decir en este párrafo.

       Semanas después, por estos días, por ser precisos, hace cuatro días. Un par de días atrás, les decía, comencé a sospechar la existencia de alguna alimaña en los recovecos de mi cuarto, no solo nociva, sino psicópata. De pronto, no solo desaparecían las galletas que aun conservo del viaje a Oz -porque me gusta coleccionar recuerdos, no importa de qué índole sean estos, ya alguna vez guardé entre mis más gratas memorias un pedazo de uña de algún pie y no quiero dar más detalles. Recientemente mi temor a revelar detalles se ha incrementado irracionalmente. Pero que todo esto no los distraiga -ni un poco- del motivo principal del relato: La Bola Viviente de Pelos.

       Que quede claro, como ya se menciono antes, y como se volverá a mencionar aquí: no hay duda alguna: La BVP [Bola Viviente de Pelos] fue exterminada según se establece en el Apartado Dieciséis del Código Civil vigente. Las leyes actuales a todo lo largo del mundo avalan mis actos, no hay en la tierra -incluso en el universo entero- circunstancia alguna imaginable que provoque la más mínima culpa por el aniquilamiento inmisericorde de una alimaña tan ruin como la mencionada al principio de este párrafo y al final del anterior.

       ¿Les conté que en Oz había un mendigo que no pedía su limosna de viles monedas o billetes, de caridad pues -como ellos mismos dicen-, sino que -rebasando a todos sus colegas (porque en todo arte siempre hay quien en corromperlo encuentra la magnificencia)- se dedicaba a rondar las calles, a dormir en las banquetas y cloacas, a desgastar su vida entre polvo e inmundicias, a pepenar y extraer con sutileza los alimentos de la basura, solamente para llegar con las tan empalagosas como babosas parejitas que gustan de sentarse en los lindos parques -y olvidar que bajo sus pies hay un mundo lleno de ratas y cucarachas y mariposas y arroyuelos y comas y conjunciones- para preguntarles -con tono lastimero y mendicante- si acaso no tendrían una paleta que le pudieran obsequiar? Por supuesto todos corrían atemorizados por tan tremendo ruego, pero ya no quiero contarles más.

       El mutismo es una de mis mejores ropas, todo lo demás me queda como traje de carnaval.


    1 comentario:

    Greis dijo...

    hay un post perdido? O solo yo no lo veo? El del calendario de Agosto