martes, noviembre 25

    V

    Fotografía: Ferran.


       Puras nostalgias. Éste frío que hace quebradiza la piel, ablanda el alma. Y nos es que guste de recorrer viejos senderos, pero nunca se olvida la ruta que hasta aquí nos trajo. Y estos plurales tan amistosos, tan inclusivos, solo me sirven para evadir mencionar tus nombres.

       Pareciera que estas veredas fueran las mismas de ayer, pero no, aunque sí, no. Ahora estoy del otro lado, siempre hay un lado nuevo, o cuando menos me lo invento. Porque el camino recto aburre, siempre ando haciendo rodeos innecesarios, quizá en un raro intento de encontrar algo nuevo. Lo nuevo acontece, no se encuentra, que si uno lo encontrara, ¿qué de nuevo tendría eso?

       Pero trato de no tomarlo muy a pecho, porque cuando tengo sueño confundo el es con el fue y el será. Ya ven, conjugar no es mi mejor arte. Apenas me mezclo con un poco de licor y todo se olvida.

    domingo, noviembre 23

    O

    Fotografía: KhayaL


       El problema es que uno lo piensa mucho. Porque a fin de cuentas pensar es eso: hacerse pendejo. Los que no piensan son pendejos, los que pensamos solo nos hacemos pendejos, he ahí la diferencia que nos hace a todos iguales. Así es:

       Uno va por la calle y, de pronto, sin deberla ni temerla, somos víctimas de una injuria. Nos volvemos y respondemos con otra injuria, ¡no!, mejor acabamos todo eso a punta de golpes, ¡mejor aún!, a cuchilladas, es más, sacamos el plomo y ¡a ver qué hidesureputísima se nos vuelve a cruzar enfrente! Pero no, nada de esto hacemos, porque hacer eso es de bárbaros, de palurdos e ineptos que no reconocen otra ley que la de los puños.

       Está bien, lo indicado es dialogar con el agresor y así limar las asperezas, porque el diálogo es la vía, es el camino al monólogo. Pues segurito el hideputa aquel es un hijo de perra bravucón y deslenguado, y apenas abramos la boca lanzará sus colmillos sobre nuestra yugular. Ni la pena vale hablar con semejante animal, concluimos.

       Pero bajar la cabeza ante tal engendro, ¡nunca! ¡Que ni en presencia del mismísimo dedo de dios me inclinado! Porque nuestra sapiencia nos ha dado algo que a los brutos les fue negado: la soberbia. Así que levantamos nuestra cabeza sobre las nubes, avanzamos lento pero con paso seguro, y hacemos como si ninguna injuria hubiese sido lanzada sobre nosotros. Porque, ¡qué importan las palabras, los golpes, la ruina, cuando uno no es amo y señor de sus propias pasiones! ¡Nada!

    sábado, noviembre 22

    N

    Fotografía: Eva the Weaver

       

       Y hace un par de días volvieron las ganas de escribir.

       Pero así como todo, el arribo fue glorioso y el partir prematuro.

       

    martes, noviembre 11

    ¿Alguien se acuerda qué mes es éste?



    LuMaMieJueVieDo






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    Fotografía:  Yuumei


       La verdá es que ando algo desorientado. No sé ustedes, pero yo cada día me encuentro menos, quizá sea que he cesado de buscarme, o será que ya me acostumbré a este cómodo desconocimiento de mí. ¡Bah! ¡Qué va! Tanta meditación me da dolor de tatema.

       Vuelvo, en serio, no tardo.