viernes, mayo 30

    La burra al trigo



       Bien parece que no aprendo o, más bien, que la vida es muy cara y uno se vende cual BonIce. Ahí me tienen el sábado pasado jugando una vez más al profesor. En esta ocasión debía enseñar lógica, bueno, Lógica (no vaya a ofenderse alguno de los tantos filósofos que me leen).

       Estoy convencido de que un panorama vale más que un millón de recovecos. (¿Qué no es obvio?)

       Así que, mientras intentaba demostrar cómo una proposición universal puede ser verdadera al mismo tiempo que su contraria, escribí para mi pequeño alumno el trillado ejemplo:

    Todos los vampiros son comunistas.


       -Disculpe- preguntó con timidez el susodicho -, ¿qué es “comunista”?

       Alarmado, pero no sorprendido, le expliqué que un comunista es un partidario del comunismo. No hay por qué entrar en sutilezas cuando se conoce una definición estilo DRAE. Sin embargo, el pequeñuelo insistió en preguntar.

       -Disculpe- después de todo su timidez no era del todo fingida -¿qué es “comunismo”?

       Más parecía curiosidad que ignorancia, aunque bien podía yo pecar de buena fe. El comunismo, aclaré, es una doctrina derivada de la obra teórica y política de un tal Marx (no creí pertinente precisar que no se trataba de Groucho).

       En cuanto vi su mano levantada una vez más, acoté: ¡¿Cuba?! ¡¿La URSS?! ¡¿Cooperativa Pascual?!

       Mas nada, su rostro de pepino consternado no cambió el semblante. Borré el pizarrón y anoté:

    Todos los vampiros son mujeriegos.


    -¿Alguna duda?- pregunté, mera cortesía.

    2 comentarios:

    Greis dijo...

    Disculpe, ¿qué es eso de "mujeriego"?

    Violette dijo...

    jojojo

    Maestro!