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    martes, mayo 6

    Uniposto

    Maío
    LuMaMieJueVieDo
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    Vía: Gus


       -¡A ver, ya! Seriecitos, digan "whiskey"

    glu glu glup

       -¡No, no beban whiskey!
       -¡Pero si es chela! ¡Salú!

    ¡glu glu glup!

       -¡Oigan... denme chela!
       -¡Pues chúpale!

    ji ji ji, glu glu glup, je je je

       -Ya estuvo... ¿no?
       -¿Qué, no te gustó? ¡Chúpale más!

    ji ji ji, glu glu glup, je je je

       -¡Ora sí, arrímense más!

    smuack smuack smuack, glu glu glup, smuack smuack smuack

       -¡Ay, pero no tanto! ¡Ni que fuera fotonovela!

    smuack smuack smuack, glu glu glup, smuack smuack smuack

       -¡Oigan... yo quiero!
       -¡Nah... ya somos muchos!
       -¡A ver, chicos, enséñenme su piesito para saber quién lo tiene más grande!

    ¡Click!


    lunes, abril 28

    Yo soy tu amigo infiel

       
       Vamos a ver que tal escribo pedo. Pero pedísimo.

    Fotografía: nico.cavallotto


       Ayer soñe contigo. Como no llegabas me puse a comer unas ricas empandas de pescado. Como no llegabas decidí largarme, mi casa depués de todo no es mal lugar para llorar mis penas. Camino a casa encontré tu automovil. ¡Oh sorpresa, oh my gay lord! Te encontrabas con aquel -sí, jodidamente él, ese que te hizo delirar, ese exquisito patán- ambos sobre el toldo de tu coche haciendo dios sabe qué. Cerré los ojos, no quise ver.

       Hoy no pude más que pensar en ti. Cursi, melcochoso hasta el hastío.

       Pero lo de siempre, lo de siempre, bendito sea.

       No bailamos, ni charlamos, ni nada más.

       Bebimos.

    viernes, abril 25

    Estimada *******a



    Sobre tu comentario, solo apuntaré un par de cosas:

    Yo soy un borracho decente.


    Paparazza: Greis


    Lo que hice ebrio, en la cruda se olvida.

    domingo, marzo 23

    Estas vacaciones

    Resurrección

    Tuve que chambear


    * * *


       19 ...María ni se preocupó. Aquellos borrachos eran de carrera larga. Un día prometieron acabar con todos los males embriagando al mundo entero. María no les creyó y mejor apostó con su hermana sobre cual de aquella docena de teporochines se moría primero de cirrosis.

       20 He aquí que al tercer día, en medio de la cruda más obtusa, se levantó de entre los demás. Él caminó entre los caídos, se cubrió los ojos lastimado por el sol. Y abrió la puerta, pesada como una roca, y escapó, nada dejaba atrás. Cuando Cristina llegó para limpiar el lugar, descubrió aterrorizada a los once agonizantes. Corrió con su abuela y le contó sobre tales espectros.

       21 Apenas había dado ciento cincuenta y tres pasos, los contaba minuciosamente, se sintió desvanecer, había sido abandonado a su destino. Y rodó, al mismo agujero insondable de siempre. Él lo sabía, por eso reía, por eso se carcajeaba -nada iba a cambiar en el fondo, no había nada- solo anhelaba oír su sonrisa llena de gracia e ironía...

    jueves, enero 31

    ...como una lombriz

    ¿Tengo que decir algo más?



       No, no es retórica la pregunta.
       Ya saben que voy a hablar de más, como siempre en este bló.

       Me arrepiento un poco de haberla ficcionalizado, en verdad es más de lo que imaginé. Por un largo rato me quede callado mientras me hablaba de cine. Luego, como para disimular mi ignorancia, le tiré la cerveza encima. Es un pecado tirar el alcohol, lo sé, pero no hubo salida, mi cara de idiota se agudizaba cada vez que surgía de sus labios un dato interesantísimo. Me disculpé mil veces, intentando cambiar el tema de la conversación, pero ella insistía en que no tenía importancia, y que el cine esto, y estotro. No, en serio, lo siento, le repetía, ella amable sonreía, y continuaba. Era un callejón con una sola salida: me tire la cerveza encima. ¡Ay, soy todo un briago! Voy al sanitario a limpiarme, le dije y corrí. Al regreso, sus ojitos llenos de alegría, sus labios rebosantes de palabras que desconozco, me hicieron preguntar: ¿Ya no hay cigarros? ¡Uy, voy por más! Soy taaan amable y comedido.

       -Me da unos Marlboro, por favor.- ¡Pero qué haces!, me pregunté a mí mismo. ¡Aborreces los Marlboro! Lo sé, me respondí, pero a ella le gustan. ¡Y eso qué! A ella le gustan, insistí.

       -Son veinticinco pesos- de menos son más baratos me dije.

       A mi regreso me preguntó la hora. Me dijo que era más tarde de lo que pensaba, que el tiempo se le había ido volando. ¿Qué dicen, fue un halago? Y sí lo fue, ¿lo fue para ella o para mí? Cómo sea, mi corazoncito latió, leve y avergonzadamente, tras lo cual hubo un silencio lleno de tensión. Mi corazón late tan raras veces que la madre naturaleza se aterra cada vez que sucede, los pajaritos en sus nidos tiemblan y sus picos resuenan como castañuelas.

       La próxima semana nos tomamos un vodkita, me lo prometió.