lunes, julio 21

    Toto murió en lunes

    Fotografía: lukatoyboy


        La noche del domingo fue un infierno.

        Con el paso de los años he tenido un sinfín de amantes, todas ellas imaginarias, y ellos también. Aunque adjudicar todo esto a mi imaginación es un flagrante acto de soberbia, pues todas estas imaginaciones parten de pequeños trozos bien maquillados del mundo: la chica de la portada de Playboy, la protagonista de la novela cuyo comercial se repite cada cinco minutos en el televisor, o el fulanito ese que anuncia armatostes para ejercitarse. No es necesaria una imagen para forjar una fantasía, ya menos para follar con ésta. Unas cuantas palabras, un solo aroma, y hasta un ligero rose inusitado basta para enarbolar una intrincada trama de enamoramiento, desplantes, copulas y desastrosos candores, que son, a fin de cuentas, lo que llena nuestras insípidas vidas.

        Mis pequeñas amantes, que eran tan efímeras como un suspiro, me intoxicaban de confianza: podía ser querido, incluso amado, hasta alabado por mis dotes eróticos: cuando menos los casos hipotéticos no mostraban una contradicción de principio. No obstante, la práctica real (o de la imaginación independiente a mí) me atemorizaba a grados tales que alguna vez cuando una chica de ensueño me preguntó la hora, solo pude proferir una flatulencia tan extensa como olorosa, cuyo eco de vergüenza retumbó en mis oídos por semanas.

        Con el tiempo me harté de mis amantes, les recriminé su falta de criterio, su generosidad al calificarme y sobre todo su incontenible adulación hacia mí. ¡Eran pura falsedad! Debía abandonarlos si quería algún día lamer algo más que una entrepierna imaginaria. Traté de no frecuentar sus recuerdos, pero no cesaban de aparecer por doquier, en los periódicos, en las radio, en cada anuncio comercial. No siento el menor remordimiento por haberlos asesinado uno por uno, fue la única manera de llegar hasta aquí.


        No logré excluirlo de mi meditación: la sangre debía correr.

    1 comentario:

    SoulRush dijo...

    ¡Genocidio!

    Solo recuerde que las sacrifico por un bien mayor....

    [Su sangre nos traerá lluvia y así nuestros campos nos alimentaran]

    Yo por mi parte prefiero quedarme con mis amantes... no se me da eso de la violencia...