martes, octubre 7

    Extraño

    Vía: the horror blog


       Él los engañó: no tenía ninguna historia entre dientes. Sin la más mínima consideración hacia ustedes: mintió. Así: clara y rotundamente (porque la falsedad es una elemento esférico, según los físicos) les sembró la semilla de lo imaginario en sus confiadas almas. (Claro que hubo quienes -e hicieron bien– ni caso le prestaron.)

       Más les valdrá no volver a fiarse de este sujetillo de tan mala cuna. Porque -y no es por infamarlo más de lo necesario– han de saber ustedes que apenas si éste había salido del vientre materno cuando ya andaba fingiendo –FINGIENDO- los alaridos que cualquier neonato da. Y no es por disculparlo, pero el pobre nació sin conocimiento alguno, a diferencia de todos los demás, su sesera se hallaba vacía, hueca como un coco (con agua dentro, obvio).

       De niño, durante el recreo, abría su lonchera y solo encontraba remedos de torta: bolillos -cuando tenía suerte– rellenos de azarosos ingredientes que su madre alcanzaba a pescar en la alacena, que mezclaba y sofreía dizque para sazonarlos bien y alimentarlo mejor. Sustancias realmente asquerosas -tanto como él mismo– eran las que tenía que almorzar. Sin embargo, el muy listo se tragaba todo de una manera tan suculenta, tan deliciosa, tan sabrosa, que todos -me incluyo entre ellos– lo envidiaban. Cualquiera hubiera matado por probar aquello, no importaba cuan mal se viera u oliera, la cara de él se desbordaba de placer a cada mordida. Jamás compartió un poco de aquello, siempre engullía hasta la última migaja, cosa que solo aumentaba las especulaciones sobre su madre: ¿será repostera, chefa, maga o qué? Nos preguntábamos.

       Su vida en conjunto no ha sido sino una sarta de mentiras, una colecta de plagios, una serie sin fin de imitaciones y burlas. No conoce el respeto, ni la verdad. Entre sus actos más graves no solo se cuenta el intento inverosímil de suplantar a Dios, sino también el vergonzoso caso de hacerse pasar por Lady D cuando andaba vestido de Queen Elizabeth II.

       Nada puede creerse de este gañán, hasta el semblante le es falso, es todo máscara y persuasión. Es puro cuento, no le escuchen, cierren los oídos en su presencia.

       Yo, en cambio, si tengo algo importante que contarles.

    3 comentarios:

    G Santos dijo...

    Su cabeza estaba hueca, pero con agua dentro... mmm

    ¿Es decir que fingia fingir?



    Me duele la cabeza.


    Tengo hambre


    y sueño.


    Y creo que me equivoqué de lugar para quejarme...




    Saludillos Sr. Que Tiene Algo Importante Que Contarnos.

    Ed dijo...

    si? y q es eso importante q nos contará?

    Pato dijo...

    como sabe ... me la paso mudandome ... medio nomada puesn ... ahi tiene http://lafoxy.blogspot.com/
    cudiese un abrazo pro adelantado